martes, 7 de junio de 2011

EFECTOS BIOLOGICOS DEL ENAMORAMIENTO

En este mes, apreciables lectores, he reflexionado un tema que vincula tres áreas del ser humano (la biológica, la psicológica y la social): el enamoramiento, un periodo de tiempo  durante el cual sientes algo intenso por una persona y quisieras pasar todo el  tiempo a su lado y no dejar de verle; le aprecias perfecto o perfecta. ¿Lo has sentido alguna vez?
Enamorarse es un hecho biológico que no podemos controlar del todo. Se liberan sustancias en nuestro cerebro que nos hacen comportarnos de manera especial, dedicándole mucha de nuestra energía y tiempo en pensar en la persona de quien nos enamoramos.
Pero, ¿qué sucede en el cerebro de una persona enamorada?
Primero, se libera una sustancia en mayor cantidad, la dopamina, que es de la familia de las feniletilaminas.
La dopamina se libera si encontramos un estímulo favorable. A mayor estímulo, mayor liberación de esta sustancia, y así nos encontraremos atrapados en un círculo en el cual, si la persona por la que sentimos dicha atracción nos corresponde, según nuestra perspectiva,  la dopamina se libera más.
Pero quisiera aclarar que enamorarse es un hecho personal; es decir, yo me puedo enamorar de alguien sin ser correspondida de la forma como yo quisiera, porque las emociones y los sentimientos son míos. Si yo siento algo especial por alguien, eso no significa que esa persona se tenga que enamorar también de mí.
Aunque es importante reconocer que si el enamoramiento es recíproco, nos podemos sentir literalmente en las nubes y vivir momentos sublimes.
Al inicio del enamoramiento podemos sentir interés, apenas perceptible por alguna persona.  Después, más entusiasmo cuando estamos cerca de esa persona o sabemos algo más de él o ella,  llegando a niveles de euforia cuando compartimos momentos  juntos.
Algo característico del periodo de enamoramiento son los "pensamientos intrusivos", descritos por la doctora Dorothy Tennov, al observar que sus estudiantes con calificaciones altas estaban distraídos y pensativos. Indagó y determinó que pensaban mucho tiempo, casi permanentemente, en la persona de quien se encontraban enamorados, como un intruso que invade nuestras ideas  a pesar de nosotros.
Otros síntomas del  enamoramiento:
- Sensación de ahogo
- Sudoración
- Palpitaciones
- "Mariposas" en el estómago
- Celos
- Hablamos mucho de la persona de quien estamos enamorados.

¿Habrá alguna desventaja para quien está enamorado? 

Resulta que en el periodo de enamoramiento se magnifican las cosas buenas de la otra persona. Incluso las idealizamos y minimizamos sus defectos, lo cual implica un riesgo si quisiéramos tomar decisiones trascendentales o a largo plazo.
También podemos padecer un estado de sensibilidad aguda ante cualquier acción de la persona de quien nos enamoramos y nuestro estado de ánimo depende de las acciones del otro;  desgastante para la vida de una persona.
Afortunadamente, el  tiempo aproximado que uno puede mantenerse enamorado de alguien varía, de días hasta máximo cuatro años. Parece que es un tiempo razonable para formar un bebé  (lo que puede ser un objetivo inconsciente del enamoramiento).
Existen personas que se enamoran una vez en su vida pero hay otras que les sucede varias veces. Ojalá esas personas no hayan prometido amor eterno a alguien, porque, si llegan a enamorarse de alguien más, pueden sufrir al vivir en una sociedad que tiene como regla el amor exclusivo.
Un detalle que se ha descubierto es que, cuando ya estamos enamorados de una persona, pensando casi todas las horas de nuestro día en ella, no podemos enamorarnos simultáneamente de alguien más. Quizá pueda suceder que estemos apegados a alguien más, pero no enamorados.

¿Qué puede suceder cuando termina el periodo del enamoramiento?  

Que veamos a la persona tal cual es.
Acostumbrados a los efectos de la dopamina y liberando también oxitocina durante una relación más duradera; viendo defectos y virtudes de la persona, y aún así querer mantener la relación (noviazgo, matrimonio, unión libre), a eso se le denomina apego o amor verdadero.
El otro camino es que, terminado el enamoramiento, ya no queramos estar más con esa persona y nos enamoremos de alguien más.

Algo más...

Hoy sabemos que para enamorase no hay edad y podemos seguir enamorándonos hasta la vejez.
Así, quizá podamos entender por qué algunas personas viviendo en pareja -con una relación sólida- pueden enamorarse de otra persona. Bioquímicamente es posible, aunque los acuerdos entre cada pareja será lo que defina el curso de cada relación.

19 de agosto de 2010.

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